Estos dos casos son sólo un ejemplo de cómo las smart cities, es decir, las ciudades optimizadas con tecnología, son un fenómeno mundial imparable. También el compromiso con el entorno –ya sea medioambiental, cultural o histórico-, la cohesión social o la gestión eficiente del uso de recursos hacen a una ciudad inteligente, con o sin herramientas tecnológicas de por medio, en opinión de Joan Enric Guitart, profesor de Dirección Estratégica del IESE.

Esta escuela de negocios elabora cada año el Índice Cities in Motion (ICIM), que evalúa el nivel de desarrollo de más de 180 ciudades de todo el mundo. En primer lugar aparece Nueva York, ciudad que también ha sido elegida la más inteligente durante la celebración en Barcelona del Smart City Expo World Congress.

¿Por qué?

Publicado en la web del diario La Vanguardia en diciembre de 2016

Puedes leer el artículo aquí

*La fotografía aparece en el artículo y es de Eduardo Muñoz Álvarez (AFP Photo)

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