En mayo de 2000 saltó la alarma. Parte de la antigua ciudad de Zeugma, en el sudeste de Turquía, iba a quedar sumergida por las aguas del río Éufrates. Quedaban pocos meses para que concluyeran las obras de construcción de la cercana presa hidráulica de Birecik. Los habitantes de la zona anhelaban la llegada de esa fecha, pues la presa iba por fin a abastecer de agua sus áridos campos. No solo la agricultura, también la industria energética, el comercio y el turismo en la región iban a beneficiarse de aquel magno proyecto. Sin embargo, la comunidad arqueológica internacional se echó las manos a la cabeza. ¿Cuántos tesoros iban a quedar sepultados? 

Publicado en la revista Historia y Vida en mayo de 2013

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